Fue un día precioso de convivencia entre todas nosotras. Compartimos la Eucaristía con el Abad de Monserrat, Padre Manel Gasch. Luego, en el almuerzo y la sobremesa, cada una de las hermanas compartió brevemente el gozo de la vida monástica. Y por la tarde subimos a Montserrat para visitar la hermosa exposición del Milenario del monasterio de los monjes. La oración de vísperas, todos juntos,  puso el punto y final a un día hermoso y fraterno.