DOMINGO 1 DE ADVIENTO 1 diciembre

Ciclo C

EL HIJO DEL HOMBRE VOLVERA

Claustro de S.Emilion. Francia. Obra de François Peltier

Lc 21,25-28.34-36 Jesús dijo: “Habrá signos en el sol, la luna y las estrellas, y los hombres quedarán sin aliento. Entonces verán al Hijo del hombre venir con gran poder y majestad.”

El evangelio del fin de los tiempos genera dos esperanzas, la corta: en la vida presente, y la larga: en la futura. La esperanza corta sabe que el hoy es decisivo, que AHORA es el momento de amar. La esperanza larga mantiene vivo el deseo.

El Jesús que viene, nos abre a esa Esperanza

Cuando empiece a suceder esto, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

Levantemos la cabeza, Jesús nos regala el SER Nuevo, para que poseyéndonos podamos darnos.

El Cordero que ha sido inmolado, nos propone esa Nueva Vida

Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, o los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día.

Estar atentos, significa dar a cada cosa el valor que le corresponde. Sabiendo que sólo hay un valor absoluto: AMAR. El resto es relativo.

La mujer vestida de sol, abrazada al Hijo varón, el Cordero

“Estad siempre despiertos y manteneos en pie ante el Hijo del hombre”.

Oremos para mantenernos en vela. Desde del comienzo de la historia, ese día está viniendo para cada uno.

El cielo y la tierra pasaran, pero sus palabras NO

EL HIJO DEL HOMBRE VOLVERÁ

No sabemos cuando ni cómo, pero volverá.
Merece que estemos atentos.

Vino, y nos trajo las Bienaventuranzas.
El Amor hasta el extremo.
El ser hijos del Padre y de la misma Trinidad.
El ser Familia de Jesús.
Nos trajo, ya, la Vida eterna.

No sabemos cuando ni cómo,
pero ahora nuestra tarea es ESPERAR con todo el deseo.

UNA MONJA DEL MONASTERIO DE SANT BENET DE MONTSERRAT

Regina Goberna