DOMINGO II DE ADVIENTO – 8 diciembre

Ciclo C

JUAN PREPARA EL CAMINO EN EL DESIERTO

Camino del desierto de Judá

El DESIERTO de  Judá
(literalmente  ‘Midbar Yehuda‘), ocupa la parte este de Israel, desde antes de Jericó hasta Hebrón. Después de Juan Bautista, este desierto se relaciona con el monaquismo. Después de Juan, son numerosos los Padres y Madres del Desierto que lo habitaron en los siglos III-V: Eutimio, María Egipcia, Rotario…

Imágenes del Desierto de Judá y de algunos Monasterios

Lc 3,1-6 En el año quince del reinado del emperador Tiberio, …vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

En cada Adviento se nos da la verdadera Palabra de Dios, en el Desierto. Las muchas palabras no nos dejan oír la PALABRA que resuena en el corazón

Monasterio de S. Eutimio, año 420. Enamorado de Jesús, se le debe el Concilio de Calcedonia y la conversión de la emperatriz Eudoxia

S. Eutimio

Juan recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados

La predicación de Juan, convierte, la Palabra que nace del silencio, transforma por dentro, y da PAZ

Laura donde vivió María Egipcia, con una donación total, después de convertirse en la Basílica del Sto. Sepulcro de Jerusalén.

María Egipcia

Como está escrito : “Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”

Para que la Palabra abra una ruta dentro de nosotros, debemos dejarle espacio para entrar, Ella, y TODA la creación. Sólo allanando el camino a Dios y a los demás, ensancharemos nuestra capacidad de SER

Monasterio de S. Rotario, el presbítero y abad más querido

“Que se eleven los valles, que desciendan los montes; que lo torcido se enmiende, lo escabroso se iguale, y todos verán la salvación de Dios”.

En un mundo tan fraccionado en partidos, es preciso que los montes desciendan, y lo torcido  enmiende, a fin de andar JUNTOS

En la roca del fondo: Monasterio de S. Juan

JUAN PREPARA EL CAMINO EN EL DESIERTO

Los caminos del mundo están torcidos.
Unos contra otros, no sólo en las guerras,
sino en casa mismo.

Sólo el Amor los puede enderezar,
con magnanimidad y grandeza de espíritu.
Sólo el Amor sin prejuicios,
pensando en el dolor de los demás.

Adviento es el tiempo de acercarnos unos a otros.
Entonces Jesús vendrà.

UNA MONJA DEL MONASTERIO DE SANT BENET DE MONTSERRAT

Regina Goberna