DOMINGO 20 DEL TIEMPO ORDINARIO – 18 agosto
Ciclo B
JESÚS VIDA PASCUAL
Sinagoga de Cafarnaúm y pinturas de Ruberval Monteiro. Brasil. 1961
Jn 6,51-58 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Los que van a Jesús viven resucitados, a pesar de los fracasos cotidianos
EUCARISTIA. Comer la carne de Jesús es una verdad de FE
«Os aseguro que el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna».
“El Don es grande, aunque nosotros seamos mezquinos para recibirlo.”
San Agustín
Recogiendo la Vida de Jesús que sale de su corazón. “Vive en ésta herida; pon ahí tus labios para beber el agua de esta Fuente Salvadora que se derrama para fecundar la Tierra”.
San Buenaventura
«Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.»
Comulgar es entrar en Su vida, aunque no entendamos el cómo o el por qué
Santa Cena, con la pecadora besándole los pies
«El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.»
Con Él, la vida se vuelve PRESENCIA inexplicable. Presencia en TODO: en mí, y en los demás y en la naturaleza. Cómo en una verdadera encarnación.
Angel: “Ave Maria dominus tecum”
Maria: “Et verbum caro factum est”
«Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
La Eucaristía nos hace atravesar el umbral de la Vida eterna
Emaús
EUCARÍSTICA
Yo creo en Ti, Señor, aunque no Te vea,
aunque no Te sienta,
aunque tantas veces estoy distraída.
Aunque salga de la Eucaristía
sin haber notado Tu presencia.
Yo creo en Ti, que estás dentro de mi,
más de lo que me dice mi conciencia.
Yo creo en Ti, que eres más yo, de lo que pienso.
Creo en Ti, que me llenas de Ti, y de mi
más de lo que yo percibo.
UNA MONJA DEL MONASTERIO DE SANT BENET DE MONTSERRAT
Regina Goberna