DOMINGO 22 DEL TIEMPO ORDINARIO – 1 septiembre

Ciclo B

La Ley de Jesús

Vista del lago de Galilea e imágenes de Amadeu Bonet i Boldú. Lérida.

Mc 7,1-8ª.14-15.21-23 Unos fariseos vinieron a Jesús, y vieron que algunos discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.

Pescado que se come en el lago de Galilea

Los que no aman, con la Ley controlan a los demás

Y preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos comen con las manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»

La ley no es para estudiarla, sino para practicarla. Todos la tenemos escrita en nuestro corazón.
(Jr 31,33: escribiré mi Ley en su corazón)

Estudiando la ley

Él contestó: «Isaías profetizó: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».

No nos podemos quedar sólo en las leyes humanas. Jesús predica el Amor que viene de Dios.

El judaísmo tiene 613 leyes

Entonces llamó a la gente y les dijo: «Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre; lo que sale de dentro es lo que le hace impuro. Porque de su corazón, salen malos propósitos, fornicaciones, robos, homicidios… todo esto hace impuro al hombre».

Lo que contamina a la persona es lo que sale del corazón

De la Cruz de Jesús
sale el AMOR

LA LEY DE JESÚS

Tu ley está en nosotros. La tenemos dentro.
Cuando la cumplimos,
sentimos lo mejor de nuestro ser,
existiendo, surgiendo, llegando a ser.
Asomando por entre los sentidos
apegados a miles de situaciones malsanas.

Tu ley nos lleva donde no sabemos,
donde jamás seremos los mismos.
Tu eres la Ley que tenemos dentro.
Tu eres cada uno de nosotros,
hasta que seamos, contigo, infinito.

UNA MONJA DEL MONASTERIO DE SANT BENET DE MONTSERRAT

Regina Goberna