DOMINGO 32 DEL TIEMPO ORDINARIO – 10 noviembre

Ciclo B

Darlo todo, cómo Jesús
y la viuda pobre

Imágenes de mosaicos de Ravena, Italia.
siglos V-VII

Mc 12,38-44 Jesús dijo: “¡Cuidado con los escribas! Les encanta que les hagan reverencias en la plaza, y buscan los primeros puestos en los banquetes.”

Los más importantes no son los que ocupan los primeros puestos, sino quienes en lugar de valorarse a sí mismos, sirven a los demás.

El fariseo (derecha) y el publicano (izquierda)

Y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa».

La generosidad de los sencillos redime a los altivos que los oprimen. Ésta es una tarea “sacerdotal” que el mundo urgentemente necesita.

Sirvienta de la emperatriz Teodora

Estando Jesús sentado enfrente del sitio de las ofrendas, observaba a la gente: muchos ricos echaban en cantidad; pero se acercó una viuda pobre y echó dos reales.

Los ricos a menudo dan migajas, los verdaderamente pobres, dan lo poco o mucho que tienen, y lo mucho que son.

Viuda pobre echando limosna (izquierda) Jesús y discípulo (derecha)

Llamando a los discípulos, les dijo: “Os aseguro que esa viuda ha echado más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobraba, pero ella ha echado todo lo que tenía para vivir”.

La viuda pobre, del pozo de su corazón, ha dado lo mejor que tenía. Así, con Dios, ella se convierte en madre de los desvalidos de mundo.

Samaritana sacando del pozo el Agua que salta hasta la vida eterna

DARLO TODO, COMO JESÚS Y LA VIUDA POBRE

Justo antes de la muerte de Jesús, desnudo, en la cruz,
cuando lo dio TODO por nosotros, la viuda nos es ejemplo.
Ella anticipa, durante la vida, la donación del Maestro.
(Después de ella y del sermón del fin del judaísmo, viene el fin de Jesús)
Una mujer pobre, humilde, generosa,
nos muestra la donación “hasta el extremo” de Jesús:
También ella da todo lo que tiene para vivir.

Ahora no podemos darlo todo, pero un día, el último, TODO, será lo único que podremos dar, cómo Jesús y la viuda.

UNA MONJA DEL MONASTERIO DE SANT BENET DE MONTSERRAT

Regina Goberna