Dios conversando con Adán y Eva, Cúpula del atrio de la Basílica de San Marcos, Venecia

EVA y los relatos de la CREACIÓN

En la Biblia la historia de nuestros orígenes está contada dos veces seguidas. En el Gen c 1, y en el Gen c 2-3. Y sabemos que son textos para nuestra Fe, no relatos científicos. Que Dios formara al hombre y la mujer con un puñado de barro, o a partir de una costilla, nos afianza en la certeza de que de Él venimos y a Él vamos, nos convence de que Él “es más interior a nosotros, que nosotros mismos” (St. Agustí), y que en Él tenemos nuestra razón de ser.
Sabiendo que las explicaciones bíblicas no nos dicen cómo hemos sido creados por Dios, cabe la pregunta: ¿por qué la biblia nos lo explica de esta manera?

Tapiz de la creación. Románico, siglo XI, Catedral de Girona (Cataluña, España). Dimensiones 3,58 x 4,50 m.

1- Los biblistas encuentran un gran parecido entre Gen 1, con el mito mesopotámico de la “Enuma Elis”, y esto haría pensar que se escribió al regresar del exilio babilónico (año 500 aC). Respecto al mito babilónico, sin embargo, el bíblico tiene una diferencia sustancial. Mientras en el primero se trata de luchas entre dioses, en el bíblico Dios crea por puro AMOR, para compartir con otros seres lo que Él es, su semejanza. Con un lenguaje “sacerdotal”, pues, propio de la época, se habla de la creación como una fiesta litúrgica. Después de cada día se dice: “Dios lo vio y era bueno“.
Y notamos que, cuando habla de los humanos dice: “Dios creó al hombre y la mujer a su imagen, y para que dominaran la tierra” poniéndolos a un rango superior al de otros seres. Y lo hace en plano de igualdad entre Él, el hombre y la mujer.
2- En el 2º relato de Gen c 2-3, tenemos una historia muy diferente. Mientras antes parte del caos, y para Dios crear es “poner orden”, aquí nos encontramos en el desierto, donde Dios moldea al hombre, y le entrega el jardín del Edén con todos los animales y las plantas, pero con la prohibición de comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal. Finalmente, para que no esté solo, de la costilla del hombre, Dios hace a la mujer. Y el hombre se alegra de que “sea hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Notemos que, aunque se mantiene el plan de igualdad entre el hombre y la mujer, ella ha sido creada después, de una costilla del hombre.
Y la historia sigue contando que es la mujer la que transgrede la prohibición de Dios comiendo la manzana, y dándola al marido. Luego ya sabemos las excusas cuando Dios les pide explicaciones. El hombre acusa a la mujer, y ella acusa a la serpiente. Evidentemente que aquí la mujer está en un plan de desigualdad con respecto al hombre. Ella es la que seduce al hombre hacia el pecado.
Además, como en el caso anterior, podemos preguntarnos, ¿de dónde podría venir esta explicación?
Curiosamente hay un parecido bíblico muy fuerte con lo que ocurre cuando Israel quiere establecer la monarquía. En el año 1.000 antes de Cristo, con el origen de la escritura, algunos disidentes de la corte de Salomón habrían creado una “historieta” criticando a la monarquía como causa de todos los males, con la pérdida de la democracia y el abuso de poder por parte de los quienes se hacen reyes y dueños de la sociedad.

Textos que podrían avalar esta interpretación:
Debido a un rey amonita, que se llamaba Nahaix (que significa “serpiente”) y que ataca a Israel, el pueblo comete el PECADO de pedir un rey. 1Sam 12,12: “cuando habéis visto a Nahas venir a haceros la guerra habéis dicho: que sea un rey quien nos gobierne”. Hasta entonces el pueblo vivía con “alianzas” entre territorios, sin una centralización de poderes. Y el profeta Samuel les advierte del pecado que cometen: 1Sam 8: “El rey tomará a sus hijos para hacer la guerra, y le pedirá el fruto de sus tierras en diezmos, pondrá a sus hijas a su servicio, se incautará de los mejores viñedos y olivares…” Pero el pueblo no hace caso. Y pronto se da cuenta del fracaso al que le ha llevado la monarquía. Ya que cuando David se hace viejo, sus hijos se matan entre sí por la ambición de acceder al trono. Y la corte de Salomón se convierte en un “escándalo” de abusos de todo tipo. Es entonces cuando nace esta historia “cifrada”, sobre el origen del mundo, en la que Adán representa al rey, la serpiente es Najás, el rey amonita que provocó que Israel pidiera un rey, y Eva es el pueblo.
Además, en la biblia encontramos que: Ez 28 y 31 dice que un rey, en el Paraíso de Edén, se ha enorgullecido y un querubín lo expulsa del Paraíso. En 2Sam 19,13-14 David exclama delante del pueblo (Eva) “sois hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Is 14, 3-32 dice “tú pensabas seré como Dios, y te han tirado al sepulcro”.