El Taller de Cerámica

 

Fue en 1965 cuando iniciamos el taller de cerámica, haciendo muchos disparates debido a la complejidad del tema y la poca experiencia. A menudo, cuando íbamos a visitar otros talleres a fin de encontrar ayuda, nos quejábamos de que nos salieran tantas cosas mal, hasta que un día nos respondieron: “a todos nos pasa, sólo que nosotros no lo decimos“. Sí, la verdad, el equilibrio entre las tierras, los esmaltes y las temperaturas, es frágil y dado que siempre debe estar adecuándose con fórmulas nuevas, el riesgo es inevitable.

¿Por qué hacemos cerámica?

La confección de ornamentos litúrgicos era el trabajo de casi todos los Monasterios llamados “de clausura”, y la simplificación que se produjo a partir del Concilio Vaticano II, fue la causa de que la mayoría de Monasterios quedáramos sin trabajo. Muchas monjas se dedicaron a la confección de dulces, nosotras empezamos a abrirnos camino hacia el trabajo de la cerámica.
Durante unos años fuimos a la Escola Massana de Barcelona para intentar entrar en el mundo de la artesanía. Entre las muchas posibilidades que encontramos, la cerámica nos pareció oportuna por nuestro monasterio. En el taller podríamos trabajar varias monjas, aunque no todas fueran artistas.
Saliendo de la Escuela trabajamos durante un tiempo en varias fábricas, hasta que nos sentimos lo suficientemente seguras para empezar a instalar el taller de casa.

¿Qué clase de cerámica hacemos?

1- Barro rojo

Empezamos trabajando con barro rojo, y cociendo todas las piezas a baja temperatura: 960º.
Íbamos a buscar las tierras a diversos lugares de Cataluña y las mezclábamos y preparábamos para que fueran aptas para amasarlas dándoles diferentes formas, y comprábamos materias primas como sílex, bentonita… y óxidos, para hacer los esmaltes.
Pronto nos dimos cuenta de que todo sobrepasaba nuestras fuerzas, y recurrimos a tierras y esmaltes ya medio preparados, dándoles unos acabados propios. Y así es tal y como hemos seguido hasta hoy.
De baja temperatura y con barro rojo no sólo hacemos toda clase de jarrones, botes, cuencas, platos, juegos de altar, etc. sino tambien cuadros pequeños, medianos y grandes murales. La técnica con la que pintamos los cuadros se llama de “la gota”, y se hace poniendo una gota junto a otra, y separando los espacios a fin de que los esmaltes no se mezclen. Los temas más corrientes son para cumpleaños, fiestas familiares, santos propios y toda clase de decoraciones del hogar.
(fotos: jarrones y murales)

Colecciones de mosaicos de baja temperatura, por temàtica

2- Relieves y esculturas de gres.

No tardamos mucho en abrirnos a la alta temperatura: 1.250º, por lo que ahora trabajamos con dos hornos, dos clases de tierras y dos clases de esmaltes. Nos sedujo la calidad que podían tener las piezas, tan grandes como pequeñas. Y, con la incorporación de nuevas vocaciones, se ha multiplicado la creatividad.
(fotos: piezas pequeñas, esculturas y relieves)

A pesar de que los resultados de las piezas de las dos temperaturas son bastante estables, constantemente estamos estudiando nuevas técnicas, nuevas formas y nuevos colores, a fin de introducirnos en nuevos mercados.
El tema religioso sigue siendo el dominante, pero también están presentes los temas de pareja, fiestas populares, o pequeños recuerdos personalizados.